jueves, 9 de abril de 2015

El Chorro, Camino del Rey, Los Balconcillos,...

Abril, 2015


     Quién te ha visto y quién te ve, o mejor decir quién te ha sufrido y quien te sufre.
   También he estado ya en el Desfiladero de los Gaitanes, que no en el Camino del Rey, sino enfrente. Y mirándolo desde las alturas me han venido a la cabeza algunas situaciones y conversaciones, de esas que por alguna razón se quedan en el tintero cerebral. Cómo empieza una canción de Dire Straits “a long time ago…” Hace mucho tiempo, andaba yo trabajando en la Delegación de Málaga de la Federación Andaluza de Montañismo cuando llaman al colectivo de escaladores desde la entonces Agencia de Medio Ambiente,  para decirnos que se prohibiría la escalada en el segundo cañón del Desfiladero por motivos de conservación y alto impacto medioambiental y tal y cual y Pascual. En resumidas cuentas argumentaban que los escaladores podían molestar a los buitres -me refiero al Gyps fulvus, no liaros que está la cosa calentita- ya que los escaladores llevaban ropita de colorines y eso al parecer despistaban a estas aves ¿?, además de romper nidos o coger huevos, más ¿?


     También comentaban que podíamos hacer algún daño a la casi extinta Rupicapnos africana, o sea, los perejiles para algunos locales. Además era insostenible la cantidad de basuras y desechos que podían dejar estos practicantes de alto nivel de impacto medioambiental.
     Bueno, pues en eso andaba pensando y haciendo comparaciones al día de hoy viendo el reluciente maderoso y cableado Camino del Rey -me niego a llamarlo Caminito- y caigo en la cuenta de que hablaron y hablan sobre la rehabilitación del Camino y resulta que no, no hay rehabilitación que valga, sino un trazado nuevo por encima del antiguo, sí, ese que en su momento fue gloria de la ingeniería, el que no se ve, del que han pasado olímpicamente de su restauración, igual que la casilla del vigilante que estaba abandonada y en ruinas, pues eso, la quitamos de en medio, y así desaparece el abandono y la ruina y con ello su historia -carajo, que también es mi historia y la de muchos montañeros de mi generación-.
     Reflexionaba también sobre la tranquilidad, paz y sosiego que los buitres van a tener ahora, ah! y la Rupicapnos lo bien mirada que estará ya que se cuenta por centenares los visitantes de este lugar. Algunos de los cuales irán vestidos con colorines también, pero a estas horas los buitres ya saben distinguir una pieza de comida de una romería.
     Ojalá que esta cicatriz de la montaña tenga suerte y sea próspera para que no caiga de nuevo en el abandono, y ya de paso se consiguen algunos eurillos para “adecentar” el entorno fuera del Desfiladero, ¿habéis pasado por el apeadero de El Chorro? ¿por las casas de la Estación? Ea, pues eso, a gusto me he quedado.



     Estas fotos con las que acompaño este pequeño texto están en blanco y negro motivado por no verle color a este asunto. Así lo siento y así lo cuento, aunque el texto sea corto. En otro momento me explayaré más, que ahora se me vienen muchas cosas a la cabeza que tengo que tengo que fraguar, como redefinir conceptos de desarrollo sostenible, ética de construcción, negocio, turismo, política,… 
Alguien está vigilando.