miércoles, 28 de diciembre de 2011

Experiencia nocturna en la playa.


Octubre, 2011



         Después de escalar en Septiembre el Naranjo de Bulnes en Picos de Europa, pensé en dedicarme a descansar y hacer un viajecito tranquilo para hacer fotografías y también beber y zampar sin susto. Así que esta entrada en el blog se tendría que llamar "imágenes sin Cumbres".

         La intención, aparte de vaguear, era hacer fotos de larga exposición por la noche y las imágenes que publico aquí son algunos ejemplos de lo que he conseguido (advertencia: no son para tirar cohetes ni para erizar la piel; pero a mi me gustan). Ninguna está realizada con filtros, sólo usé trípode, un flash inalámbrico y una linterna de led con luz muy blanca, luego el tratamiento que he realizado con Photoshop ha sido ajustar niveles, un poco de máscara de enfoque y en dos de ellas HDR.

         Ha sido la primera vez que hago fotos en el mar de noche y la experiencia fue muy positiva aprendiendo varias cosas que son un pelín coñazo, a saber:

- El objetivo se empaña sin parar, igual que el visor.
- La cámara se humedece mucho, miedo.
- Al perro hay que quitarle la linterna frontal y explicarle donde está el trípode.
- El trípode se llena de arena porque lo ha tirado el perro que va a oscuras.
- No se ve un carajo y si iluminas mucho, cuando apagas sigues sin ver un carajo.
- Arena hasta las orejas.
- Esperar al que está pescando se quede quieto y no te de con su linternita.
- Que los barcos de alta mar echen el ancla en condiciones y no se muevan.
- Que la luna no esté gorda, hombre, que si no, no se ven las estrellas, upps. que fallo más tonto.
- Y corriendo y deprisa que no te pillen los de medio ambiente porque lo mismo estás delinquiendo sin saberlo, deslumbras a un rape, le cortas el sueño a un pulpo con un fogonazo, vete a saber...

         En definitiva fue una gozada, una temperatura muy agradable con un escenario precioso y en muy buena compañía.

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